Día 11 de confinamiento. Así está el campo de batalla:

En la mesa del comedor el ordenador portátil, que es la mascota de la casa, se ha hecho fuerte un día más.

Convive con los restos de la merienda de primera hora de la mañana: un bote de mermelada de naranja de mi padre, dos tazas de café con leche vacías, un bric de leche de avena.En el otro ala de la mesa hay dos montones de toallas limpias y dobladas, y al lado unas figuras de plastilina que ha hecho Aina.

En la cocina la batalla ha sido especialmente feroz. Mi mini cadena de música ha resistido el impulso de la sandwichera, la tostadora y el esprimidor de naranjas.

En la mesa de la cocina hay una aceitera casi vacía, un bote de pimienta negra, una goma de cabellos de color fucsia, un pequeño montaje de piezas de lego y la funda de una cámara de fotos antigua colgada de una silla.

La cocina a medias de la mañana me recuerda que el orden es una rutina indispensable en tiempos de guerra.

Arreglar la cocina es una necesidad vital, y bienvenida sea. Hoy, mientras ponía orden dentro del caos he escuchado entero el segundo disco de Stone Roses, Second Coming.

Este es otro de los grandes lujos que nos permite el covid-19: disponer de tiempo para escuchar entero un disco.

Hace dos días, mientras hacía manualidades con mis hijos, los hize escuchar el Magic Mystery Tour del Beatles. Yo también aprovecho el confinamiento para adoctrinarlos. Los siento, soy un pseudo profesor de segunda, y me gustan los Beatles.

Seguimos con los restos de la batalla del covid-19. En el pasillo, el xilófono de Joan convive armónicamente con la cesta de la compra, una almohadilla para hacer yoga y un bote de alcohol de romero, que nos sirve de desinfectante.

En las habitaciones hay libros, juguetes, figuras de playmobil, tecnología diversa y ropa. Mucha de ropa. Si esto es guerra, que no venda paz, decía mi abuela materna.

Hoy es viernes e intentaremos que sea un poco más viernes.

Los viernes anteriores al covid-19 (a.C.) eran nuestro momento de recogimiento en familia, nuestro momento P+P: peli+pizza.

Ahora que podemos hacerlo casi cada día, intentaremos que esta noche sea todavía algo más especial.

Veremos una buena película y cenaremos de pollo al curry casero.

Buen cine y buenos alimentos. Cultura ilimitada y comer bien. En esto consiste resistir.

Gracias por leer y buen fin de semana.